SOBRE NOSOTROS:

Este espacio pretende aglutinar todo tipo de articulos de diversas fuentes y autores,de tipo cientifico o filosofico con el firme objetivo de potenciar el estudio y enseñanza de la herencia ancestral Española. Con este proyecto, pretendemos que el mundo recuerde que hay un origen de la nación Española mucho antes de 1492, que tenemos una tradicción y una herencia ancestral, hasta ahora poco estudiada y desconocida para el publico general.
Iberia fue posiblemente la cuna de la humanidad, la mitica Atlantida esta hundida en alguno de los mares que rodean la mas occidental de las naciones Europeas. El pueblo Celtibero por tanto es descendiente directo de los Atlantes, portadores de los valores Hiperboreos que alumbraron a las antiguas civilizaciones...

"Atlantes alcanzan las costas de Iberia y de ahí, como curetes, iberos, se lanzan por europa, regresando posteriormente como celtas. Un viaje de eterno retorno un girar sobre si mismo, un svástiva y un laberinto"

miércoles, 27 de junio de 2012

La Devotio Ibérica


*La Devotio hizo de los Iberos ser valientes,leales,fieros y letales en el combate amaron a su tierra y la defendieron como no se había visto antes en la historia.....pero lo que fue su fuerte también fue su debilidad pues sus enemigos lejos de la nobleza y la honradez manipularon la devotio en su provecho con sucias artimañas y malas artes.......a pesar de ser masacrados los Iberos dieron una verdadera lección al mundo conocido. 

En España, una forma peculiar de clientela militar se denominó devotio. La devotio ibérica consistía en un pacto de clientela militar, un codigo de Honor, acompañado de un juramento ante una divinidad, en virtud del cual el devoto ofrecía su vida a la divinidad en caso de que, en plena batalla, peligrara la del Jefe.

Se entiende por devotio ibérica la consagración de la propia vida a un jefe, en virtud de fórmulas mágico-religiosas, que tenía lugar entre los pueblos de la España Antigua. En el concepto de la devotio entran dos elementos: uno de carácter religioso, según el cual, ciertas divinidades, probablemente infernales ¿?, se contentarían con la muerte del devotus a cambio de la del jefe; y un segundo elemento, de carácter meramente social, que la relaciona íntimamente con la clientela militar. La devotio iberica es una forma de la clientela militar hispana y tenía por objeto exclusivo la guerra. El suicidio de los devoti, cuando muere el jefe, se explica porque la muerte es la única forma de expiar el delito de no haber protegido suficientemente al patrono. La devotio Ibérica tiene similitudes con la devotio romana y el comitatus germano. Si bien ambas instituciones poseían carácter bilateral, sus miembros formaban una verdadera escolta y el número de componentes era reducido, la diferencia entre ellas reside en que el comitatus carece de vínculo religioso.

En la península Ibérica la devotio se encontraba muy extendida, como se desprende del gran número de devoti, que acompañaban a Sertorio. Otros caudillos tenían muchos devoti, como Mario, Pompeyo, César, Craso, Afranio y Petreyo. Las escoltas militares, a las que fueron tan inclinados los romanos, seguramente estaban compuestas por devoti. Éstos se encontraban en una situación de privilegio con respecto a los simples clientes. El siglo I a. C. fue, sin duda, el periodo de máximo auge de la devotio. Se ha pensado que la devotio ibérica influyera en el origen del culto al emperador. El ritual de la devotio ibérica era el mismo que el de la clientela: presentación del cliente al patrono, reconociéndole por jefe, y aceptación por éste de su persona. Posiblemente existía una ceremonia especial, con un sacrificio, de la que quedarían huellas en el juramento de Ampudio. Tal vez hubiera un sacrificio humano y el de su caballo, ya que con ambos se refrendaban los pactos. La devotio ibérica es una institución típica de Celtiberia. Su aparición en Aquitania se explica por influjo hispano. Decae a comienzos del Imperio.


























La oscuridad de la noche se evade entre hogueras,

oraciones y rituales imploran los íberos al dios Tugotus.
Inmensos bosques cubren tierras sagradas,
donde arden corazones guerreros de eterna llama...
Y una voz se escucha desde la lejanía,
nacida entre semillas de honor y fidelidad.

Espadas y escudos ya se alza al cielo,
las mejillas derraman susurros de lágrimas,
un destino de sangre y muerte esperan en su noble camino.
Forjado a los cuatros vientos el espíritu Devotio Ibérica avanza,
águilas imperiales secunda la marcha desde el clarear del alba,
y la tierra se agita cual bondadosa madre al ver a sus hijos partir...

Extensas hordas cubren el campo de batalla,
bajo un abismal sol de Iberia las armas canta sinfonía de gloria o muerte.
¡Devotio Ibérica, Devotio Ibérica!
¡Devotio Ibérica, Devotio Ibérica!
Onduladas praderas se pigmenta en virginal sangre celtibera,
regando las cálidas raíces de un pueblo de alma inmortal.

Un guía, un líder, se pierde entre las sombras,
sembrando entre los vivos el código de honor y tradición.
La creencia se halla entre sus vigorosas manos,
que empujan con orgullo y pasión el filo hasta el fin de sus entrañas.
Ahí es donde aparece entre sus ojos Tugotus,
acariciando su arma y corazón hasta el fin de los días...

¡Devotio Ibérica, Devotio Ibérica!
¡Devotio Ibérica, Devotio Ibérica!



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