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domingo, 24 de junio de 2012

¡Valor, el combustible del triunfo!

"Es preciso el valor, siempre valor, más valor; cada día, cada hora, a cada momento, más valor. Valor, sólo valor. Nada más que valor.
Valor para nosotros y valor para los demás. Valor para la demolición y valor para la creación. Valor contra el ayer y valor para el mañana.
Valor en la vida y valor en la muerte. Valor ante el ridículo y valor ante el amor.
Nosotros mismos, que cantamos el valor, que invocamos el valor, que predicamos el valor, que hemos hecho del valor el meollo de nuestra política, el motivo de nuestro pensamiento, la regla de nuestra vida; nosotros mismos, que tenemos más valor que los demás, más valor que todos y que nos avergonzamos de la cobardía ajena como de un deshonor nuestro; nosotros mismos, que intentamos desarraigar los derechos humanos, los derechos de la razón y otras veneraciones y devociones públicas y universales, nosotros mismos no somos bastante valerosos. No tenemos todo el valor necesario.
Hay todavía en nosotros un poco de respeto por la gente que viste de traje y lee los periódicos; un poco de miedo a los profesores, a los críticos y a los periodistas; un poco de comedimiento ante la gente seria. Hay todavía en nosotros alguna preocupación por la claridad, un poco de susto por el delirio sin ley, un poco de cuidado por el orden y la expresión.
No, queridos amigos. No somos bastante valerosos. Hasta a nosotros nos falta valor. Todavía somos demasiado cobardes. Tenemos todavía grandes manchas de racionalismo en alguna circunvolución de nuestro cerebro.



No tenemos el valor de ser más vulgares.
No tenemos el valor de ser más insultados.
No tenemos el valor de ser más brutales.
No tenemos el valor de ser más incomprensibles.
No tenemos el valor de ser más zafios, más ignorantes, más maleducados, más facinerosos, más irreverentes.
No tenemos el valor de ser más distintos de todos los antiguos, modernos y contemporáneos.
No tenemos el valor de ser más bestiales,mas bárbaros, más salvajes.
No tenemos el valor de parecer todavía más locos, más frenéticos, más maníacos, más delirantes, más furiosos.
En ciertos momentos somos tan tímidos como aquellos a los que golpeamos, despreciamos y rechazamos. A veces nos mostramos tan inciertos como aquellos a los que detestamos de todo corazón. Algunos días somos tan temerosos como aquellos a los quisiéramos fusilar.
También nosotros necesitamos más valor. Todavía valor. Siempre más valor. Valor, valor, valor; y después, valor. Sólo venceremos a las supersticiones invencibles con el valor. Sólo romperemos todas las viejas formas políticas, filosóficas, musicales, literarias, con el valor. Sólo eliminaremos de nuestra sangre todos los venenos de la cultura, de la imitación, de la admiración, con el valor.
Solo sepultaremos para siempre a los muertos embalsamados a fuerza de valor. Solo pulverizaremos a los enemigos a fuerza de valor.
Crearemos una nueva atmósfera, una patria nueva, una vida nueva, siempre y cuando tengamos valor. Sólo podemos desafiar al presente y al futuro con la ayuda del valor.
Valor siempre. Mucho valor. Enorme valor. Valor infinito, eterno."








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